No son buenos momentos para los operadores de comercio exterior de mercancías. Los últimos acontecimientos a nivel mundial en las políticas arancelarias derivadas de las distintas batallas comerciales afectan muy gravemente al comercio internacional. Estas lides comerciales, comenzadas por administración norteamericana en varios frentes, ya contra la Unión Europea, ya frente a China, incluso frente a sus socios y vecinos Canadá y México, hacen temer reacciones en cadena que provoquen consecuencias indeseables para todos. Ya se han visto afectados muchos sectores, entre ellos la aceituna negra española en la U.E. o el acero en Canadá por solo enumerar dos ejemplos de una lista enorme. Esta situación es realmente peligrosa porque se puede extender a nivel mundial de una manera rapidísima. Las políticas nacionalistas y proteccionistas en boga en estos momentos no auguran nada bueno en el horizonte. Los cambios impositivos sobre las mercaderías a golpe de decretazos hace que los operadores frenen bruscamente sus inversiones de futuro e intenten salvar las que ya hicieron. Pero lo más grave de todo es que los efectos de todas esas acciones recaen directamente sobre los trabajadores y sus familias de los sectores implicados, que se verán abocados al paro porque sus empresas se verán obligadas a reducir personal, a trasladar centros de producción o incluso a cerrar. No, la verdad es que no soplan buenos tiempos en el mercado internacional ni se divisa a corto plazo que esta situación role a mejor.