Se ha recibido la muy buena noticia del comienzo del desarme arancelario después de una batalla iniciada por la administración americana bajo mandato Trump a la que contestó de la misma forma la de la UE. Parece iniciarse un buen sendero hacia la normalidad en los tráficos comerciales internacionales, al menos entre ambas partes.

La relación comercial entre ambos se deterioró durante el mandato del ex presidente estadounidense Trump, en particular a raíz de la imposición en 2018 de aranceles del 25% a las importaciones comunitarias de acero y del 10% a las de aluminio, a los que la UE respondió con su propia tanda a varios productos estadounidenses, entre ellos, el whisky de tipo bourbon, la mantequilla de cacahuete, los arándanos o el zumo de naranja.

Ahora, la Administración de Biden está recuperando la estrecha relación con sus socios europeos, celebrando este domingo en Roma el acuerdo de suspensión de aranceles mutuos impuestos bajo la Administración de Donald Trump, un “gran paso en las relaciones bilaterales” que refuerza la alianza y permite a ambos luchar “contra el cambio climático”.

Dicho pacto contempla que EEUU no aplicará los aranceles de la sección 232 (de la Ley de Expansión Comercial) y permitirá la importación libre de aranceles de acero y aluminio de la UE (Unión Europea) en un volumen histórico; mientras que la UE “suspenderá los aranceles relacionados sobre productos estadounidenses”, informó la Casa Blanca en una nota.

El pacto anunciado ahora consentirá a ambos negociar un nuevo acuerdo comercial global para abordar el exceso de capacidad mundial de acero y aluminio procedente sobre todo de China, que en los últimos tiempos ha comercializado su acero barato en los mercados internacionales, dirigiéndolo a países como EE.UU., a través de Europa, algo que Washington considera que penalizaba la competitividad de su industria. A partir de ahora, el acero que ingrese a los EE.UU. a través de Europa deberá haber sido producido íntegramente en Europa.

Fuente: Diario de Sevilla 31/10/21